Maratón de Madrid 2010, Aún siendo, ser, eres…

Así comenzaba el día de mi primer Maratón, y es que “Aún siendo maratoniano, sigo siendo el globerillo de siempre”.La verdad es que nunca pensé que pudiera platearme un reto como este, y los que me conocéis sabéis que mi relación con el deporte nunca ha sido muy buena en la práctica… Eso sin contar con las múltiples lesiones que siempre he tenido.

Correr nunca ha sido una de mis aficiones pero hace 2 años, en abril de 2008, y con motivo de la oposiciones de profe de secundaria comencé a salir a correr para despejarme un poco después de estudiar. El primer día fueron 23 min y las agujetas que tuve fueron de libro. Poco a poco fui mejorando y comenzó ese estado en el que sales a correr aunque no tengas muchas ganas por aquello de no perder la poca forma que has conseguido. Y así es como llegué a mi primera carrera popular “La Human Race” de 10 Km,que curiosamente salía del lugar donde estaba la llegada del maratón de este año.

Como ya os conté en el blog lo pasé genial corriendo con mi hermano, Juanjo y Ramón. La cosa continuó ese mismo 2008 con la San Silvestre, otra carrera de 10Km que nadie debería perderse. Creo que es uno de los mejores planes para noche vieja. Juanjo ya se nos quedó en “tierra” porque andaba malo pero se unió su hermano Álvaro.Y después de la San Silvestre, y solo un año después de comenzar a correr nos plantamos en la salida de la Media Maratón de Madrid en abril de 2009. Para aquel reto nos quedamos solos mi hermano y yo. Y todo fue a pedir de boca. Disfrutamos mucho completando 21km.El siguiente paso natural era tratar de completar uno de los mitos de todos los que nos apasiona el deporte, la Maratón. La verdad es que cuando lo piensas suena a reto inalcanzable, pero tenía que ser capaz de entrenar a una persona con tan pocas cualidades como yo para acabarla entero, y lo que es más importante disfrutar haciéndola. Y así fue como hicimos la San Silvestre de 2009 con Trini y mi hermano. Ya este año me quedé solo en el reto de entrenar para la Maratón, bueno solo solo, no. Lo primero porque tanto Trini como mi hermano me han apoyado siempre, y además porque el gran Daniel Juliá se aventuró a entrenar para correr conmigo.

Y así es como llegamos al día 25 de abril a la salida de nuestra primera Maratón. Después de unos meses de duros entrenamientos, y tras superar varias lesiones que me tuvieron hasta la misma semana de la maratón con dudas de si podría correr, comenzamos la aventura. Lo mejor de todo era que en la salida estaba Dani conmigo, y mi hermano con la bici para seguirnos todo el recorrido. Me faltó Trini y otra mucha gente, pero no estaba solo ante el peligro. Además, si había sido capaz de llegar hasta la salida de la carrera con posibilidades de acabar era gracias a las milagrosas manos y tratamientos de la mejor fisio del mundo. Os aseguro que conseguir que no me lesione es tarea imposible. Nunca podré expresar lo que ha significado para mi la enorme ayuda que he tenido con Trini para superar las molestias y mi comeduras de cabeza.

Hubo muchos momentos de la carrera en las que el bello se me erizó de la emoción. La primera fue cuando los miles de corredores que salieron junto con nosotros pero iban a completar un recorrido de 10km se separarón girando en un cruce en sentido contrario al nuestro. Justo en ese momento todos los que iban al recorrido de 10km comenzaron a aplaudir mientras nosotros pasábamos al recorrido del Maratón. Todavía ahora me emociona pensarlo. Además el lugar donde sucedía eso es un lugar especial para una persona imprescindible en mi vida.Durante el recorrido mi hermano no se separó de nosotros ni un momento y nos apoyaba con agua, comida, conversación y reportaje fotográfico. Fue genial correr por la Castellana sin un solo coche, bajar por Fuencarral o Callao. Había miles de personas animando y era a nosotros a los que nos animaban, y eso que para cuando pasábamos nosotros hacía mas de 1h que llevaban pasando miles de corredoresLa media maratón la pasamos enteros y con el ritmo previsto en 2:03h, pero lo peor estaba por llegar.

La Casa de Campo la conozco con la palma de mi mano (y no vale a hacer el comentario típico) y ya sabía yo que se iba hacer dura. Dani comenzó a sufrir y me dijo que tirara solo pero preferí seguir con él. Y menos mal que fui a su ritmo porque es posible que si no hubiera sido por eso no hubiera acabado. Sufrimos juntos hasta el 30 en el que comencé a encontrarme algo mejor después de acabar unos cuantos kilómetros de subida. Además en ese momento apareció mi hermano que se había descolgado y eso me hizo animarme mucho. Para el km 30 Dani se paró a estirar y yo preferí no parar y esperarle bajando el ritmo pero después de varios kilómetros no me enganchó. Al final llegué al peor repecho del recorrido solo. La subida del Lago de la Casa de Campo al Paseo Extremadura era muy dura pero aquello parecía la subida al Tourmalet del Tour. Había miles de personas animando que apenas dejaban espacio para correr.

Y todo fue relativamente bien hasta el kilómetro 35. El calor apretaba y comenzaba la subida desde el Manzanares hasta El Retiro. Fue en ese momento cuando comenzó el calvario. Decidí caminar en la primera subida porque los isquiotibiales comenzaban a avisar de un posible tirón. Poco después decidí parar a estirar y para cuando intenté estirar otros tantos músculos del cuerpo comenzaban a darme tirones. Y así fue como llegué al 38 en el que mi piernas dijeron basta. Los tirones fueron horribles, no podía caminar y mi hermano me miraba con impotencia. En ese momento pensé que quizá no llegaría. Trate de estirar como pude y caminar, pero los tirones eran más que cuando corría. Y comencé a correr y a caminar hasta el 40. La cantidad de gente que había en Atocha y la Puerta de Alcalá era increíble. Todos te animaban y eso te daba fuerzas.

Mi hermano no me quitaba ojo y por fin las fuerzas regresaron un poco a las piernas. Entré en el Retiro y ya parecía que si iba a ser capaz de acabar. A escasos 500m de meta comencé a escuchar que alguien gritaba mi nombre y cuando fui capaz de mirar reconocí a Miguel Gil. Él todavía no sabe lo que ha significado que estuviera allí animando.

Cuando llevas casi 4 horas y media corriendo, después de más de 650km corriendo a pie en los últimos 7 meses, y tienes la meta de tu primera maratón a menos de 100m la sensación es imposible de explicar. Tu cabeza parece que vuelve a funcionar y no dejas de pensar en toda esa gente que te ha dado las fuerzas y la confianza suficiente para poder acabar una maratón. Y cuando pasas el arco de meta… bufff. La emoción te puede y dejas que todos tus sentimientos salgan después de 4:30 conteniéndolos.
Al final dos presentados a la maratón y dos finalistas de la maratón, bueno dos y medio, que mi hermano se la hizo en bici. Ahora ya va picando el gusanillo para el año que viene, y a más de uno le hemos dado envidia y el año que viene lo mismo... Mi objetivo de hacer una maratón disfrutando todavía esta por cumplir, los 7 últimos Km no se los deseo a nadie y es que a pesar de todo hubo cosas del entrenamiento en las que no acerté. El año que viene veremos que pasa y espero poder compartir ese final de maratón con mucha gente y no entrar solo como esta vez. Quien se anima? Solo hace falta querer, del entrenamiento se encarga All4Training!