Nunca hice una entrevista de trabajo mas dura que la que he hecho estos días. Al fin y al cabo es solo un proceso de selección para trabajar como profe. La primera prueba es empollarte 65 temas con lujo de detalles, incluidas referencias bibliográficas con Editorial y año de edición. Esto ya es prácticamente imposible. Luego llegas al examen en donde tienes dos horas para escribir todo lo que tu mano te permita sobre uno de los 5 temas que salen al azar.
Luego te meten un análisis biomecánico de un gesto deportivo. Esta parte tiene gracia, porque si algo caracteriza este tipo de análisis es la íntima relación con el rendimiento deportivo, palabra tabú en una oposición de educación física. Para rizar el rizo, junto con el análisis te ponen un supuesto práctico de una clase que tiene de todo menos chavales normales. Uno con espina bífida (no se mantiene en pié), otros tres de integración tardía al sistema educativo español (o dicho en plan coloquial, inmigrantes), 8 alumnos que pasan de todo y no hay forma de que se animen en clase, y por último un alumno disruptivo. La misma cara que estás poniendo ahora es la que puse yo al leer esa palabra que desconocía pero nunca olvidare. Traducción: niño macarrilla que no hace ni deja hacer en clase. Y luego vas y haces una sesión de voley en la que tienes que tratar de forma especifica a todos estos maravillosos chavales, enseñarles voley y además utilizar casi mas estilos de enseñanza que ejercicios te da tiempo a realizar en la clase. Y ahora cuando ya tiene todo claro escribes el análisis biomecánico y el supuesto práctico en lo que te queda de tiempo, que teniendo en cuenta que es de 1h en total, para cuando sabes que vas a hacer con la clase de “normalitos”, es mas bien escaso.
Después de este maravilloso recibimiento de examen te vas otro día al instituto y hacer una habilidad deportiva. En mi caso tuve que ejecutar una entrada a canasta con cambio de dirección. Otra punto que no tiene nada que ver con la idea que te tratan de transmitir en los 65 temas que te has estudiado. El profe de educación física no es un preparador físico ni un entrenador, es un educador que no tiene porque saber ejecutar, sino enseñar a ejecutar.
Y la traca final llega cuando 48h te avisan que tienes que leer todo lo que escribiste y además resumir en 30 min una programación de un año entero de Educación Física en la que además tienes que contar 15 unidades didácticas con todo lujo de detalles. Vamos, que en 60 hojas tiene que plasmar todo lo que harías en un año con un grupo de chavales, y lo mejor contar como lo harías. Hasta aquí todo normal. Pero cuando sabes un poco de esto te das cuenta que esas 15 unidades didácticas que te obligan a cuadrar en un curso escolar es materialmente imposible de llevar a realidad. Tu eres consciente de ellos, y el tribunal también, pero tu tienes que llegar allí y creerte que es posible y además hacer creer al tribunal que es posible porque así lo dice la ley.
Para cuando acabas de leer lo que escribiste y de defender tu programación y tu unidad didáctica estás sin voz. Pero de repente te invade una sensación de paz y liberación que es complejo describir. Han sido unos pocos de meses intentando sacar esto adelante. Lo más importante; he aprendido a opositar mucho mas de lo que hubiera imaginado. El esfuerzo ha merecido la pena y el regalito de cumple que tuve chapando 16h no se me va a olvidar fácilmente.
Muchas gracias a todos por soportar mis cambios de humor, y apoyarme siempre en esta aventura, que sin duda es la más grande en la que me he metido. No hace falta que diga nombres por ello/as saben quienes son y lo insistentes que han sido a la hora de que fuese un alumno aplicado. Ahora solo queda esperar a las notas y desearle suerte a todos los que han tenido la fortuna de disponer de mas tiempo para prepararse la exposición (que bien me hubiera venido), y en especial a Patri y Guille, que se van a salir en estas oposiciones!!!