viernes, 26 de junio de 2009

Proyecto del agua Ait Toumi (2º parte)

Tras nuestras vivencias del miércoles y jueves por la mañana. Y aunque el viaje iba por muy buen camino lo mejor estaba por llegar. El jueves por la tarde nos fuimos a la aldea de Ait Toumi para comenzar a distribuir el trabajo de cara a tener todo listo para cuando llegara el grupo al día siguiente. Llegamos allí y fue entonces cuando comenzamos a vivir algo con lo que muchos nunca soñamos. Montones de niños corrían a nuestro encuentro, te besaban las manos (saludo típico Berebe) y te miraban con esos ojos que hacían darte cuenta de que todavía hay inocencia y sincerad en ellos. Cualquier gesto, palabra o movimiento era motivo de sorpresa para ellos. Pasearnos por el pueblo para ver el trabajo que íbamos a tener que hacer se convirtió en un continuo juego con los niños e intercambio de gestos con toda la gente que nos seguía. Los niños se acercaban a nosotros pero las niñas te miraban de reojo y cuando las mirabas se daban la vuelta siempre con las manos debajo de los brazos para que no les vieras las palmas. El trabajo era sencillo, 6 grupos de trabajo con unas 20 casas cada uno en las que teníamos que sacar una conexión desde la tubería principal y llevarla por una zanja que estaba hecha hasta la casa donde colocaríamos un contador en la pared para luego colocar un tubo que llegara hasta donde el dueño de la casa quería poner el grifo. Sinceramente pensaba que no nos daría tiempo en un solo día. El viernes llegó el resto del grupo y tras un paseo por Marrakech y comer cerca de la plaza Yamma el Fna nos fuimos hasta el pueblo en bus. Luego había que hacer turnos en los dos 4x4 que teníamos para llevar a las 30 personas que éramos hasta el pueblo que se encontraba a unos 15 min de la carretera en 4x4.

La cara de la gente del grupo cuando llegamos y comenzó a ver la hospitalidad de esta gente, era de cuadro. Paseamos por el pueblo para que lo conocieran, distribuimos los grupos, practicamos un poco el montaje de tuberías y contadores y luego para el campamento a cenar y descansar.Ya era de noche cuando salimos en los 4x4 al lugar donde estaba el campamento que se encontraba a unos 10 min en 4x4, ya que era la única zona llana de los alrededores. Se llegaba cuando terminaba un camino que iba por la cresta de una loma que dividía la inmensa llanura que hay entre Marrakech y el Altas. Y allí estaba el campamento con Jaimas típicas de Marruecos, totalmente forrado con alfombras, con tiendas de 4 personas, luz en cada una de ellas, 4 camas con las toallas para ducharse y lavarse sobre la cama y un cesto de mimbre en el que había jabón para el baño. Aquello era de cuento de hadas. Los farolillos con velas siguiendo el camino que llevaba hasta la zona de la cena donde había mesas montadas de gala para la cena. Una zona para tumbarse y sentarse en el suelo con una hoguera y mesitas con Cachimbas… Las vistas… a un lado el Atlas con algunas zonas todavía nevadas y el pueblo de Ait Toumi en la ladera y al otro lado la llanura vista desde la loma donde estábamos alojados. El campamento por tener tenía hasta baño con duchas y agua caliente. No sabéis lo que es ducharse en mitad del Atlas por la noche mirando hacía arriba y viendo millones de estrellas, tantas que parecen que fueran a caerse sobre ti. Cenamos y luego para la cama que al día siguiente el calor iba a apretar y había que madrugar, pero antes un último vistazo a la inmensa llanura donde lucían algunos pueblos a lo lejos. A la mañana siguiente me levanté antes que el resto, ya sabeis que soy de madrugar y tuve la oportunidad de disfrutar de ver el sol aparecer por el horizonte mientras trataba de buscar todos esos pueblos que se adivinaban por la noche y que durante el día permanecían mimetizados con el paisaje con sus casa de adobe. A eso de las 7:30 de la mañana estábamos en marcha para comenzar con el trabajo. Nuestra zona estaba un poco alejada del pueblo y necesitábamos uno de los 4x4 para ir por el material. Tras un par de viajes no pude dejar de mirar la cara con la que los niños me miraban al subirme en el coche y fue entonces cuando comenzó el Parque de Atracciones de Ait Toumi… Cada vez que me desplazaba a por algo unos 15 niños se subían al coche como si fueran a despegar en un cohete espacial. Las sonrisas solo se interrumpían por los coros que hacían entonando mi nombre… Y el que escribe con un baberito porque aquello que me estaban regalando los chavales era mucho más de lo que yo les podía dar. Entre casa y casa siempre había alguna en la que al entrar para ponerles el grifo te invitaban a comer y beber te verde, o el wisky marroquí como le llaman ellos. Estuvimos en una en la que nos invitaron a comer una especie de Tajin con juevo y verdura que estaba impresionante. Es curioso que para combatir los más de 40º que hacía tomen comida caliente y te hirviendo. Lo mejor fue comer con la manos, tirados en el suelo escuchando como uno de ellos sorbía el te y otro daba señales de que el “aperitivo” había sido de su agrado con algún que otro sapillo… Y tu mientras tanto tratando de hacer como si estuvieras habituado a ese tipo de situaciones y tratando de aprender a comportante de una forma adecuada a su cultura.

A eso de las 1:30 de la tarde parada a comer y luego a las 4 otra vez a la carga. Y durante todo el día nuestro fontanero totalmente entregado a la causa y con ciertas dificultades en asimilar que las mujeres trabajaran igual que los hombres colocando contadores, tuberías y grifos… jejeje. Una vez terminado toda la instalación tocaba esperar a que se llenara el depósito para saber si al final nuestra trabajo había servido de algo. Mientras tanto tocaba repartir las dos mochilas de material que habíamos llevado gracias en gran medida a Mery y al Parlamento Europeo… Para hacer algo entretenido tratamos de transmitir a los chavales la importancia de no tirar basura al suelo y estuvimos limpiando algunas calles con ellos. Luego todos pasaron a por su regalo y comenzó la fiesta para ellos, daba igual si era un globo, un caramelo, un cuaderno o un balón hinchable. Hasta ese momento del día los niños se peleaban por jugar con las cajas de cartón donde iban los contadores. Y tras este momento tan especial los hombres de la aldea nos amenizaron con bailes y música típica de la zona. E incluso nos animaron a bailar con ellos, unos lo hicieron mejor que otros, y es que no se me da bien ni los bailes bereberes!!!
Al final nos fuimos a una de las casas he hicimos la inauguración oficial de la instalación, y lo mejor es que salió agua y todo! La emoción y lo especial del momento es complejo de explicar con palabras o fotografías. Y llegaba el momento del adiós, despedirse de toda esa gente que tanto nos había enseñado durante esos dos días, despedirse de todos esos chavales con los que todos hemos disfrutado tanto. A nosotros nos esperaba otra cena de esas que no se olvidan con el cielo tan lleno de estrellas que era imposible que entrase ni una más. Al día siguiente nos levantamos temprano de nuevo y estuvimos disfrutando de un ratito tumbados en una zona del campamento desde donde se veía la inmensa llanura y luego para el aeropuerto y de camino a casita. Es curioso porque desde entonces cada vez que abro el grifo y sale agua me parece un lujazo, hasta ahora solo era una parte más de lo cotidiano.

Solo espero que esto sea el comienzo de algo que nos permita poder llevar a mas gente esta vivencia que creo que nos haría ampliar un poco nuestro horizonte del mundo en el que vivimos.

Proyecto del agua Marrakech (1º parte)

Pues aquí estamos de regreso de una de los viajes más increíbles que he hecho nunca. Sospecho que este viaje se va a largar en más de un post porque han sido 5 días muy intensos en los que disfrutado de un país maravilloso y he vivido experiencias que son complejas de explicar si no las vive uno en sus propias carnes.Hace un poco mas de un 1 años iba con un grupo a Marrakech y titulaba el post “Marruecos, tan lejos, tan cerca”. Sigo teniendo esa misma sensación tras esta nueva visita. Como os comentaba hace unas semanas el viaje que he hecho a Marruecos giraba entorno a un Proyecto de colocación de agua corriente en 120 casa de un pueblo situado a 70km al Sur de Marrakech llamado Ait Toumi. Aprovechando la ocasión algunos nos adelantamos, unos para conocer mejor Marrakech y otros para tener todo listo en el pueblo para terminar la colocación de tuberías, contadores y grifos en las casas de los habitantes de esta aldea.En el caso de Trini y mío tuvimos la suerte de poder conocer un poco más Marrakech y hacer noche en un Riad que es lo que en España llamaríamos Casa Rural. Bufff, el Riad Khamssa era de esos de peli. Solo tenía 9 habitaciones y estuvimos solos ya que éramos los únicos huéspedes. Además nos obsequiaron con la mejor de las habitaciones a pesar de que contratamos otra más normalita. El Riad se encontraba dentro de la Medina escondido en un barrio de herradores, carpinteros y talleres de motos que sinceramente era lo más parecido al escenario de Mordor en el Señor de los Anillos. Pero tras la puerta se encerraba un pequeño paraíso y es que en Marruecos las viviendas son de puertas a dentro. Paseamos y paseamos por la Medina por lugares de los que hubiera salido corriendo del miedo si hubiera estado en cualquier otro lugar del mundo como New York. En Marrakech todo es diferente, hasta eso. Nadie te mira con mala cara, nadie te intimida o te provoca sensación de inseguridad. Puedes pasear tranquilamente por los lugares mas recónditos con la tranquilidad que te permite el que en cada esquina haya alguien que quiera enseñarte su tienda… Pero eso es algo con lo que hay que saber pasear. Estuvimos en el Jardin Majorelle en el que el calor daba un poco de tregua y en el que había rincones con mucho encanto. La verdad es que en Marrakech es complejo no mirar a un lugar y ver una foto que hacer. Os aseguro que a pesar de haber hecho montones de fotos nos dejamos muchas por hacer. Pero son dos lugares los más representativos de esta ciudad, la Mezquita llamada Kotubia y la plaza Yamaa el Fna. Durante el día es un bonito lugar pero al caer la tarde eso se convierte en un paraíso con unos atardeceres preciosos y miles de personas reunidas en esta famosa plaza en la que puedes cenar, tomarte uno de los mejores zumos de naranja que he tomado nunca por 30 céntimos de euro, o ver como un cuenta historias tiene cientos de personas escuchando su cuento. También hay espacio para tomar caracoles o probar la pericia para meter una argolla en el cuello de una botella con una especie de caña para llevarte la botella de regalo. Esa plaza es un verdadero hervidero que se monta y se desmonta todos los días. El viernes antes de irnos a la aldea estuvimos visitando algunos de los palacios que se encuentran en esta ciudad. El trabajo que hay en ellos sorprende a todo el que pasa por allí.
Y eso fueron nuestras vivencias del miércoles,jueves y viernes por la mañana y aunque el viaje iba por muy buen camino lo mejor estaba por llegar.