miércoles, 30 de junio de 2010

De nuevo el Circo de la Fórmula 1

Esta semana pasada he vuelto a tener la fortuna de poder trabajar en un evento relacionado con la Fórmula 1 en Valencia.


Al igual que la vez anterior Randstad patrocina a uno de los grandes equipos de la F1, el Williams. Para muchos no será nada del otro mundo pero este equipo ostenta el honor de haber desarrollado el coche más avanzado de la historia de la F1. Por aquellos tiempo corría Prost y este coche lo heredó Sena que poco después fallecería en un accidente. Y estamos hablando del año 94, cuando Shummacher no era nadie y yo seguía este deporte con mucha ilusión. Y es que justamente en el GP en el que Sena sufrió el fatal accidente Barrichello tuvo otra salida de pista que le costó un brazo roto. El accidente fue muy similar al del Weber del otro día pero sin estamparse contra otro coche.


Pues resulta que este grande de la F1, Barrichello, corre con Williams y tuvimos la suerte de poder compartir una tarde con él en la escuela de conducción de Luis Climent. La experiencia fue impresionante. Rubens es una tío sencillo, cercano y que dice verdades como puños, además de hablar un perfecto español. Este encuentro fue un miércoles y a partir del viernes estuvimos con el grupo en el circuito volviendo a disfrutar del enorme circo montado alrededor de las competiciones. Mi cumple lo pasé trabajando unas pocas de horas pero como recompensa pudimos ver pasear por el parking donde esperábamos a los clientes a gente como Weber, Massa, Alguersuari, Button, Alonso, Shummacher. La pena fue no coincidir con la persona a la que más aprecio de toda la F1, Pedro de la Rosa. Me sorprendió ver como la mayoría de los pilotos iban conduciendo ellos mismos coches de camino al hotel. El que llevaba Shummacher tenía buen aspecto. Luego fue gracioso ver llevar a Massa y a Alonso de paquete en una moto roja de esas que tienen dos ruedas delante.

En esta ocasión Randstad tenía un impresionante barco de tres mástiles que además era hotel. Estaba atracado en el puerto del circuito y hacía las delicias de cualquiera que paseara por allí. La verdad es que pasta, lo que se dice pasta no parece que haya mucha, más bien lo que hay son multimillonarios con yates de los que no se ven ni en las pelis.


Esta vez tuve la suerte de poder acceder a la zona de Paddock para la salida y “sufrir” con el estruendo que hacen los coches en la salida. Aquello es imposible de describir.

Y luego está la competición de quien tiene el Motorhome más impresionante. Cuando los ves cuesta creer que sean remolques.

En fin, fueron unos pocos días de trabajo, que tal y como anda el ambiente siempre vienen bien, currando a tope y acompañado de gente que me ayudó mucho a que todo saliera bien.