La semana pasada estuve en otro evento del que voy a guardar muy buen recuerdo. Lo primero porque es la confirmación de que vuelvo a coincidir con una chica a la que le tengo mucho cariño porque fue compañera de trabajo en Yeti y además es medio Gatera… Esta vez me tocaba ir solo con 15 personas a Andorra. Teníais que haber visto la cara que se me quedó cuando me dijeron que iba con un grupo a Soldeu y que mi función era acompañarles a esquiar. Increíble pero cierto, por una vez iba a disfrutar casi al completo de la actividad principal de mis clientes.
Estuvimos en un hotel maravilloso a pie de pista y el tiempo acompañó, aunque la nieve fue escasa. El grupo eran trabajadores de The Phone House que habían ganado una viaje por haber vendido el máximo de móviles de una empresa que se dedica a hacer teléfonos de marca Levi’s o Hummer. Todos los que iban, salvo una persona (David) eran novatos y la llegada a las pistas fue triunfal. Si hubieran rodado la escena central de una peli de comedia no les hubiera salida mejor. Los que nos pudimos reír todos. Tuvieron sus clases de esquí y de snow y mientras pude aprovechar para esquiar y echarme un compañero de aventuras. Lo que empezó como una tarde de esquí termino con una amistad. David se atrevía con todo y nunca se despegaba de mi por mucha prisa que lleváramos. Estoy seguro que ahora lo recordará con humor pero la paliza que nos pegamos no fue muy reconfortante. A cambio, tuvimos la suerte de tener un profe el último día de esquí para nosotros dos. Estoy seguro que la próxima vez que coincidamos con unas tablas me dará mil vueltas porque se pasa el invierno dándole caña a los esquís. Estuvimos poco tiempo. El lunes salimos por la tarde en el AVE a Lleida (que pasada de invento, 300km por hora y el silencio es tal que da vergüenza hablar por el móvil), y luego bus hasta Soldeu. El ambiente con el grupo fue muy bueno, tanto que sentarme a comer o cenar con ellos era un gustazo. El último día me sorprendieron como nunca lo había hecho un grupo. Todos se aliaron y antes de salir a esquiar dijeron de hacer una foto de grupo en la que yo tenía que salir con el casco de David. Por supuesto no me cabía y al final me lo puse para que lo vieran ellos. Todo era una estrategia para saber la talla que tenía y regalarme un pedazo de casco Scott para esquiar. No sabía donde meterme cuando me lo regalaron. Fue un detallazo, y no solo por el regalo sino por las molestias que se tomaron.
La vuelta fue de esas que me gustan a mi para los eventos, y mira que siempre me avisan que la primera regla del viajero es tener la conexiones con el suficiente tiempo... Pero a pesar de los sabios consejos llegamos con el tiempo tan justo al tren que sino llega a ser por un par de adelantamientos, de los que cortan la respiración, que hizo el conductor del bus en carretera de doble sentido no pillamos los trenes. 5 min antes de la salida estábamos bajando las maletas.
Fue curioso estar en el lugar de los monitores que me llevaban a esquiar cuando estaba en el cole o en el instituto. Me sentí profe y la verdad es que disfrute mucho, porque esquiar me encanta y la libertad que tuve a pesar de ir solo fue enorme.
Si a eso le unes que encontré una gran persona con la que disfrutar de la nieve y que me consiguió el regalo de Trini y mi nuevo móvil a un super precio… pues puedo decir que me apunto a muchos mas viajes de estos! Gracias Noe por contar conmigo y por vuestras palabras de agradecimiento.
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2 comentarios:
Hola
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