...Y vamos con la segunda parte.
Estuvimos en medio de mar en una especie de zona acotaba nadando con delfines. Ellos se acercaban y podías tocarlos.
Esta foto es otra de las que me gusta. El momento que pasamos con estos incriebles animales fue de esas cosas que siempre piensas que nunca vas a tener la oportunidad de hacer y un día te lo encuentras sin más.
Luego comimos en una isla de Cayo Blanco y pudimos disfrutar de la arena blanca de sus playas.
Al regreso navegamos a vela y cerramos el día con una cena en el restaurante Japonés que estaba genial . Gracias a los contactos de nuestros grandes corresponsales Dioni y Alina conseguimos unas plazas y me lance a comer todo con los palillos. Menos mal que no estaba con mucho hambre, no hubiera tenido paciencia. Durante el viaje hemos disfrutado de lugares y actividades geniales. El primer día levantamos a los clientes con la sorpresa de 15 cocotaxis que los llevaron a toda velocidad a la fábrica mas famosa de puros habanos.
Fue una pena no poder hacer fotos dentro pero la forma que tienen de hacer los puros en lo mas artesanal y manual que uno pueda imaginar. Si en España tuviéramos que hacer los puros de esa forma costarían 300€ cada uno. Lo peculiar de la fábrica, que por supuesto era del estado, es que el guia nos pide que nos acerquemos mucho a el para poder escucharle ya que por todas las instalaciones se escucha una voz algo chillona con un ritmo cansino que habla sin parar. Esa voz es de la directora de la fábrica que está dando el sermón matutino que dura 4h todas las mañanas. Estuvimos 1:30h escuchando a una persona hablando de las diferentes posibilidades que habia para recuperar las horas de los días que les iban a dar libres. Era como estar escuchando a Castro pero en mujer, 4h al día, todos los días. Luego nos fuimos en caballo a la plaza de Sna Cristóbal donde comenzamos el Raid Cultural con los 3 grupos.
La verdad es que no fue de los Raid mas currados pero la gente estaba encantada. Tenían una prueba de preparación de mojitos en la Bodegita de en Medio, archiconocida en La Habana. Luego comimos en La Mina y ahí fue donde comencé a probar las bebidas de Cuba. Ese mojito estaba impresionante y eso que nunca bebo alcohol. Al día siguiente nos fuimos a una zona mas relacionada con la naturaleza, Viñales. Estuvimos en un valle de origen Cárstico en el que había multitud de cuevas con la que visitamos. El paisaje era precioso y las formaciones rocosas alucinantes. Comimos en una lugar peculiar llamado el Mural de la Prehistoria donde un personaje se le habia ocurrido pintar una pared de piedra poco después de la Revolución para hacer un lugar de visita de turistas. Algunos probaron a subirse en un toro de un personaje de los de campo pero de Cuba. Y es que cada país en un mundo! Por la noche nos esperaban muchas sorpresas para el grupo. Primero cena en el Habana Club, y luego númerito Yeti simulando que al conductor del autocar le había dado un mareo y que nos habíamos quedado sin bus para ir al Cabaret Tropicana. Cuando los clientes salieron de cenar se encontraron los taxis Chevrolet de los 50 que nos llevaron a todos al espectáculo. A la mañana siguiente nos fuimos para Varadero y llegamos a esos lugares que tan poco me gustan en los que te dan una pulserita y puedes beber y comer cuando quieras. La verdad es que el lugar era precioso pero me gusta estar un poco mas solo cuando voy a zonas así. Varadero es la parte en la que la sensación de estar en Cuba es menor. Todo está pensado para el turista. Pero fue allí donde fuimos en catamarán a nadar con delfines. En el día libre no pudimos bucear pero ese día nos esperaba otra sorpresa, unos andamios en la sala donde íbamos a tener la barra libre y la fiesta la última noche en la que había una cena de gala. La cara que se nos quedó a Dioni, Alina, Vargas y a mi fue increíble. Alina la pobre pasó un mal rato porque ella es una persona muy currante y que le gusta que todo salga a la perfección. Lo mejor de la tarde fue cuando la mujer de Dioni le pidió a uno de los responsables del lugar de la cena que quitara un cuadro de 5 metros para poder proyectar las fotos que habíamos hecho durante el viaje sobre una pared. El cuadro era una obra de arte que no habían bajado de la pared ni para restaurarlo. Vaya risas que nos echamos Dioni y yo con la cara que puso. Finalmente todo salió genial, cenamos mejor que nunca y además era la noche del cumple de Alina, que como siempre estaba guapísima aunque ella diga lo contrario. Le dimos una pequeña sorpresa y luego bailó con el Vargas. Alina! Nos ves como si que fue bailarín profesional. En fín, que han sido unos días muy especiales por el viaje es increíble, porque he tenido la suerte de poder empaparme de ese país gracias a Alina y a Dioni, y porque la compañía del gran Vargas, oíssssste! Como director del evento y los corresponsales ha sido insuperable. Ahora solo queda una cosa dejar el carro en el parqueo que la transportación en Cuba está fatal.
Al día siguiente de llegar a Varadero tuvimos un día de catamarán que fue una pasada.
Esta foto es otra de las que me gusta. El momento que pasamos con estos incriebles animales fue de esas cosas que siempre piensas que nunca vas a tener la oportunidad de hacer y un día te lo encuentras sin más.
Luego comimos en una isla de Cayo Blanco y pudimos disfrutar de la arena blanca de sus playas.
Al regreso navegamos a vela y cerramos el día con una cena en el restaurante Japonés que estaba genial . Gracias a los contactos de nuestros grandes corresponsales Dioni y Alina conseguimos unas plazas y me lance a comer todo con los palillos. Menos mal que no estaba con mucho hambre, no hubiera tenido paciencia. Durante el viaje hemos disfrutado de lugares y actividades geniales. El primer día levantamos a los clientes con la sorpresa de 15 cocotaxis que los llevaron a toda velocidad a la fábrica mas famosa de puros habanos.
Fue una pena no poder hacer fotos dentro pero la forma que tienen de hacer los puros en lo mas artesanal y manual que uno pueda imaginar. Si en España tuviéramos que hacer los puros de esa forma costarían 300€ cada uno. Lo peculiar de la fábrica, que por supuesto era del estado, es que el guia nos pide que nos acerquemos mucho a el para poder escucharle ya que por todas las instalaciones se escucha una voz algo chillona con un ritmo cansino que habla sin parar. Esa voz es de la directora de la fábrica que está dando el sermón matutino que dura 4h todas las mañanas. Estuvimos 1:30h escuchando a una persona hablando de las diferentes posibilidades que habia para recuperar las horas de los días que les iban a dar libres. Era como estar escuchando a Castro pero en mujer, 4h al día, todos los días. Luego nos fuimos en caballo a la plaza de Sna Cristóbal donde comenzamos el Raid Cultural con los 3 grupos.
La verdad es que no fue de los Raid mas currados pero la gente estaba encantada. Tenían una prueba de preparación de mojitos en la Bodegita de en Medio, archiconocida en La Habana. Luego comimos en La Mina y ahí fue donde comencé a probar las bebidas de Cuba. Ese mojito estaba impresionante y eso que nunca bebo alcohol. Al día siguiente nos fuimos a una zona mas relacionada con la naturaleza, Viñales. Estuvimos en un valle de origen Cárstico en el que había multitud de cuevas con la que visitamos. El paisaje era precioso y las formaciones rocosas alucinantes. Comimos en una lugar peculiar llamado el Mural de la Prehistoria donde un personaje se le habia ocurrido pintar una pared de piedra poco después de la Revolución para hacer un lugar de visita de turistas. Algunos probaron a subirse en un toro de un personaje de los de campo pero de Cuba. Y es que cada país en un mundo! Por la noche nos esperaban muchas sorpresas para el grupo. Primero cena en el Habana Club, y luego númerito Yeti simulando que al conductor del autocar le había dado un mareo y que nos habíamos quedado sin bus para ir al Cabaret Tropicana. Cuando los clientes salieron de cenar se encontraron los taxis Chevrolet de los 50 que nos llevaron a todos al espectáculo. A la mañana siguiente nos fuimos para Varadero y llegamos a esos lugares que tan poco me gustan en los que te dan una pulserita y puedes beber y comer cuando quieras. La verdad es que el lugar era precioso pero me gusta estar un poco mas solo cuando voy a zonas así. Varadero es la parte en la que la sensación de estar en Cuba es menor. Todo está pensado para el turista. Pero fue allí donde fuimos en catamarán a nadar con delfines. En el día libre no pudimos bucear pero ese día nos esperaba otra sorpresa, unos andamios en la sala donde íbamos a tener la barra libre y la fiesta la última noche en la que había una cena de gala. La cara que se nos quedó a Dioni, Alina, Vargas y a mi fue increíble. Alina la pobre pasó un mal rato porque ella es una persona muy currante y que le gusta que todo salga a la perfección. Lo mejor de la tarde fue cuando la mujer de Dioni le pidió a uno de los responsables del lugar de la cena que quitara un cuadro de 5 metros para poder proyectar las fotos que habíamos hecho durante el viaje sobre una pared. El cuadro era una obra de arte que no habían bajado de la pared ni para restaurarlo. Vaya risas que nos echamos Dioni y yo con la cara que puso. Finalmente todo salió genial, cenamos mejor que nunca y además era la noche del cumple de Alina, que como siempre estaba guapísima aunque ella diga lo contrario. Le dimos una pequeña sorpresa y luego bailó con el Vargas. Alina! Nos ves como si que fue bailarín profesional. En fín, que han sido unos días muy especiales por el viaje es increíble, porque he tenido la suerte de poder empaparme de ese país gracias a Alina y a Dioni, y porque la compañía del gran Vargas, oíssssste! Como director del evento y los corresponsales ha sido insuperable. Ahora solo queda una cosa dejar el carro en el parqueo que la transportación en Cuba está fatal.
Así es como trabajamos en Yeti... y nuestro lema "No molestar, estamos trabajando", jejejeje
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